viernes, 23 de febrero de 2007

Programa Jueves 22 - 02 - 07

Atención con este texto del señor Alejandro Dolina y los personajes que aparecen en los picados en los potreros.
Y también en el otro texto con el curioso dato de porqué el club Excursionistas lleva los colores que lleva.


Personajes del fútbol atorrante

Cesarini decía que uno es igual en la cancha y en la vida. No sé si esto
será cierto. Con la gente -ya se sabe- es inútil proponer leyes inmutables. Los
postulados sirven pa
ra triángulos y cotangentes, pero no para los hombres de
carne y hueso. Allí fracasan. Pero volvamos al potrero. Conozcamos sus
personajes principales.

El morfón: Azote de las canchas. Egoísta y obcecado. Jamás pasa la pelota.
Unicamente lo hace cuando está perdido. Sus pases son imperfectos, de mala
gana, mordidos y con efecto. Algunos han querido ver en el morfón una
concepción individualista del fútbol. Yo creo, simplemente, que un morfón es un
pavote.

El tronco: No sabe nada. Es torpe. Y cada partido es para él una
humillación.

El sobrador: Cobarde en la adversidad y fanfarrón en el triunfo. Este
jugador suele aparecer cuando el equipo gana tres a cero. Entonces tira caños,
intenta lujos y se burla de los rivales.

El pecho frío: Ausente de barullos y entreveros. Nunca se ensucia. Nunca
grita. Nunca se enoja.

El loco: Suele ser puntero. Es eléctrico e imprevisible. Jamás hace caso,
habla solo y se ríe de s
us jugadas absurdas.

El arquero: Nunca supe qué es lo que hace que alguien se vuelva arquero.
Quizá alguna oculta vocación de trapecista. Hay algo curioso: los pibes más
chicos se desesperan por ir al arco. Conforme crecen abandonan los tres palos y
ya grandulones, hay que mandarlos a atajar de prepo.

El tipo que pasaba por ahí: Personaje cuya importancia pocos hantres palos
comprendido. Es el undécimo hombre. Cada vez que falta uno, los muchachos miran
a su alrededor, eligen al morocho más aparente y le lanzan la invitación.
¿Querés jugar? Y el tipo acepta. Lo ponen de cualquier cosa, por allá adelante.
Nunca le dan un pase. Lo ignoran. Ni siquiera le reprochan nada. Cuando termina
el partido todos se olvidan de él, como si no hubiera jugado. Y quien sabe
cuántos triunfos se han cimentado en el humilde trabajo de los tipos que
pasaban por ahí.

El pibe: Es más chico que todos y se abusa. Sabe que no lo van a tocar y que
hay diez grandotes dispuestos a detenderlo. Lo mejor es darle sin asco.

Hay muchos: el referí, el matón, el héroe, el caudillo, el delegado, el
gritón, el que reparte las camisetas, el llorón, el lesionado, el suplente, el
pavo y otros mil. Basta, por favor.

Extraído de la revista "Humor" n° 7, de diciembre de 1978. Alejandro Dolina.


Club Atlético Excursionistas

Fue fundado el 1 de febrero de 1910, en el barrio de Palermo también dentro de la Ciudad de Buenos Aires, limítrofe con el de Belgrano. Fue en la esquina de las calles Coronel Díaz y Soler donde unos amigos se reunían y comenzaron a realizar excursiones al Delta del Río Paraná y a la Isla Maciel llevando a cabo varias pruebas atléticas. Como una forma de identificarse, decidieron crear lo que más tarde sería el Club Atlético Excursionistas.

En la noche del 10 de febrero de 1910, en la casa ubicada en la calle Soler 3631 del Barrio de Palermo, unos muchachos, crearon el Club Unión Excursionistas; dicha casa sería más tarde, la sede social del Club. Más tarde se oficializaría el día 1º de Febrero de 1910 como fecha fundacional.

Fue por iniciativa de varios socios que se decidió formar el primer equipo de fútbol que defendería los colores de la entidad. Por contactos que tenía uno de los socios fundadores, se trajeron varios jugadores del equipo del Diario La Nación, y se resolvió que los colores de la casaca serían verde con una franja blanca horizontal: el verde por el color del césped y el blanco por el de los manteles, presentes en los pic-nics que se realizaban durante las excursiones.

En 1911 disputó el primer torneo, en la Liga Argentina de Football, haciendo de local en el Club Florida, situado en la localidad del mismo nombre (al norte de la Ciudad de Buenos Aires). Antes del comienzo del torneo de 1912, gracias al secretario y socio Santos Cameán, se consiguió el campo de deportes en un descampado del Bajo Belgrano. Fue en ese lugar donde se construyó el estadio actual, en la esquina de las calle La Pampa y Miñones. Fue así que en 1916, participando en la Asociación Amateurs de Football, tras cumplir excelentes actuaciones en 1914 y 1915, venció al club Sportivo Palermo por 1 a 0, en cancha del Club Eureka, obtuvo el campeonato de Segunda División, promocionando a la División Intermedia.

En 1919, se produjo el cambio de nombre por el de Club Atlético Excursionistas también se reformó la camiseta, siendo igual a la actual: verde y blanca a bastones verticales. En 1924, en la antigua cancha del Club Atlético San Lorenzo (sobre la Avda. La Plata) y ante la presencia de 10.000 espectadores, Excursionistas derrotó por 2 a 1 al Club Talleres de Remedios de Escalada consagrándose campeón y logrando el ascenso a Primera División.

En el año 1937, ya con la profesionalización del fútbol, se vio obligado, al no aceptar la misma prefiriendo el amateurismo como muchos otros clubes, a descender de categoría. De allí en adelante Excursionistas disputó los Torneos de Ascenso, llegando a obtener el título de Subcampeón detrás del Club Almagro.

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