Y también en el otro texto con el curioso dato de porqué el club Excursionistas lleva los colores que lleva.
Personajes del fútbol atorrante
será cierto. Con la gente -ya se sabe- es inútil proponer leyes inmutables. Los
postulados sirven para triángulos y cotangentes, pero no para los hombres de
carne y hueso. Allí fracasan. Pero volvamos al potrero. Conozcamos sus
personajes principales.
El morfón: Azote de las canchas. Egoísta y obcecado. Jamás pasa la pelota.
Unicamente lo hace cuando está perdido. Sus pases son imperfectos, de mala
gana, mordidos y con efecto. Algunos han querido ver en el morfón una
concepción individualista del fútbol. Yo creo, simplemente, que un morfón es un
pavote.
El tronco: No sabe nada. Es torpe. Y cada partido es para él una
humillación.
El sobrador: Cobarde en la adversidad y fanfarrón en el triunfo. Este
jugador suele aparecer cuando el equipo gana tres a cero. Entonces tira caños,
intenta lujos y se burla de los rivales.
El pecho frío: Ausente de barullos y entreveros. Nunca se ensucia. Nunca
grita. Nunca se enoja.
El loco: Suele ser puntero. Es eléctrico e imprevisible. Jamás hace caso,
habla solo y se ríe de sus jugadas absurdas.
El arquero: Nunca supe qué es lo que hace que alguien se vuelva arquero.
Quizá alguna oculta vocación de trapecista. Hay algo curioso: los pibes más
chicos se desesperan por ir al arco. Conforme crecen abandonan los tres palos y
ya grandulones, hay que mandarlos a atajar de prepo.
El tipo que pasaba por ahí: Personaje cuya importancia pocos hantres palos
comprendido. Es el undécimo hombre. Cada vez que falta uno, los muchachos miran
a su alrededor, eligen al morocho más aparente y le lanzan la invitación.
¿Querés jugar? Y el tipo acepta. Lo ponen de cualquier cosa, por allá adelante.
Nunca le dan un pase. Lo ignoran. Ni siquiera le reprochan nada. Cuando termina
el partido todos se olvidan de él, como si no hubiera jugado. Y quien sabe
cuántos triunfos se han cimentado en el humilde trabajo de los tipos que
pasaban por ahí.
El pibe: Es más chico que todos y se abusa. Sabe que no lo van a tocar y que
hay diez grandotes dispuestos a detenderlo. Lo mejor es darle sin asco.
Hay muchos: el referí, el matón, el héroe, el caudillo, el delegado, el
gritón, el que reparte las camisetas, el llorón, el lesionado, el suplente, el
pavo y otros mil. Basta, por favor.
Extraído de la revista "Humor" n° 7, de diciembre de 1978.
Club Atlético Excursionistas
Fue fundado el 1 de febrero de 1910, en el barrio de Palermo también dentro de la Ciudad de Buenos Aires, limítrofe con el de Belgrano. Fue en la esquina de las calles Coronel Díaz y Soler donde unos amigos se reunían y comenzaron a realizar excursiones al Delta del Río Paraná y a la Isla Maciel llevando a cabo varias pruebas atléticas. Como una forma de identificarse, decidieron crear lo que más tarde sería el Club Atlético Excursionistas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario