
Los lectores que amamos el suplemento deportivo, los que nos ponemos un jogging nada más que para leerlo, y una vez leído lo convertimos en balón para tirarlo al cesto, los que nos fanatizamos a tal punto con él que hasta lo hemos usado como raqueta vivimos una realidad conmovedora: todos los días debemos presenciar que algún protagonista de nuestro suplemento abandone sus páginas con rumbo desconocido. Ya sea por una renuncia, por un pase a un equipo extranjero, por una quebradura, por la edad o por cualquier otro vicio, lo cierto es que el suplemento deportivo está hecho de llegadas y despedidas.
En efecto, cuando todavía estábamos en pleno tratamiento psicológico para superar que no habría noticias de los Juegos Olímpicos durante cuatro años, cuando aún intentábamos llenar el espacio que dejó en las páginas la partida de Bianchi, en el mismo momento en que nos esforzábamos por aceptar que Maradona nos dejara para mudarse a los diarios cubanos, resulta que debimos asumir, de golpe y sin período de adaptación, que ya no volveríamos a leer el nombre de Marcelo Bielsa en ningún rincón del diario.
La vida del lector deportivo es muy dura.
Es cierto que todas las secciones del diario sufren bajas; por ejemplo, de la de Economía se fue Prat-Gay, del de Cultura no se fue, pero tampoco viene, García Márquez; de la sección Política se han ido corriendo muchas figuras estelares; pero es cierto también que los lectores de estas secciones no tienen la misma sensibilidad que nosotros, los lectores deportivos, y es por eso que experimentan los cambios con indiferencia, pues saben que las consecuencias no pueden ir más lejos que una caída de la Bolsa o una suba del dólar. Ellos desconocen lo triste que es cuando uno se encariña con un jugador, ve su foto cada mañana, lee sus comentarios mientras desayuna, y de pronto, el abandono: el jugador se va de nuestro suplemento para pasarse al de algún diario español o italiano. O para poner una parrilla o un estacionamiento.
La verdad es que dan ganas de no encariñarse nunca más con nadie.
Si por lo menos aquellos que dejan el suplemento deportivo lo hicieran para trasladarse a otro suplemento, como el caso de Goycochea, por ejemplo, a quien ahora podemos encontrar, si nos asalta la nostalgia, en el de Espectáculos, o el de Rattín, al que no le hemos perdido el rastro, pues se lo puede hallar en la sección Política, o bien el de Meolans, quien partió por unos días al suplemento Moda; de esta manera el proceso de asimilación del abandono sería menos traumático. Incluso, aunque parezca que no, es preferible que nuestro personaje vaya pasando de suplemento en suplemento –como el caso de Macri, que de Countries pasó a Autos, de allí a Deportes, para finalmente llegar a Política- a que se aleje del todo de las páginas de los diarios.
En fin, creo que de cualquier modo debemos ser desprendidos y asumir que nuestros astros están de paso en el diario, y que todo es efímero: pasan los mundiales, pasan los técnicos, pasan las estrellas; lo único que queda somos los lectores.
Mex Urtizberea

LA FUNDACION
Esa historia que este año cumplirá 100 años de vida, comenzó allá por 1906, cuando el primero de mayo de ese año, un grupo de amigos fundaba el Club Atlético Chacarita Juniors. La fundación se llevo a cabo en el local de la 17ª sección del partido Socialista, ubicada en las esquina de Dorrego y Giribone (hoy Córdoba). Su nombre no trae muchos secretos, ya que el Chacarita es por el barrio y el Juniors, en alusión a la juventud que era la que le había dado vida al hoy “Tricolor”. Sus colores, el rojo, el blanco y el negro, tiene una explicación. Se escogió al Rojo, por el socialismo, al cual estaban vinculados todos los miembros fundadores. El blanco se escogió por la pureza de sus miembros y el negro, por la cercanía del cementerio. Un día después de la fundación, quedo registrado el nombre de Chacarita Juniors, y se conformó la primer Comisión Directiva, dirigida por Maximino Lema, el primer presidente de la historia del club.
LOS PRIMERA CAMISETA DE LA HISTORIA
Chacarita, para enfrentar al Club Victoria, todavía no tenia decidido los colores (la tricolor surgió en 1919), así que la comisión directiva decidió utilizar los colores de la patria. Es por eso que la primer camiseta de la historia del club fue celeste con los puños y el cuello blanco.
LA PRIMERA CANCHA DE LA HISTORIA
Por ese entonces, era muy difícil conseguir un terreno para instalar un field (campo de juego). La economía del club era por demás escasa y la necesidad de tener un terreno era grande. Es por eso que en abril de 1907, entre Federico Lacroze y Álvarez Thomas existía, un terreno baldío, al cual la comisión directiva comenzó a tener en cuenta cada vez con mayor interés. Los muchachos alambraron el predio, construyeron una casilla humilde y así quedó registrada la primer cancha del club de la historia. Lamentablemente, esos terrenos iban a ser utilizados por la municipalidad para construir una calle. Es por eso que una mañana, una camioneta de la Policía llegó al lugar y desarmó las instalaciones. Por apenas días Chacarita Juniors tuvo su primer estadio en Lacroze y Álvarez Thomas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario