Juan Manuel Fangio

Fierros? Fierros eran los de antes!

Tenia 12 años cuando habló con don Loreto y doña Herminia, sus padres, para decirles que el colegio no era lo suyo, que el quería trabajar en un taller mecánico, consiguió el si y empezó como ayudante y antes de cumplir 20 ya estaba arriba de un auto en su Balcarce natal.

Antes de que cualquier persona aficionada al automovilismo reconozca su talento y se llene la boca con elogios, Juan Manuel estaba lleno de grasa, tierra y olor a nafta, corriendo cuanta carrera se le presentara por la década del 30, cuando la telemetría no era ni siquiera una fantasía de un soñador futurista.

Juan Manuel Fangio compitió carreras épicas recorriendo toda la geografía de América del Sur en donde festejo y sufrió con su Chevrolet de Turismo de Carretera.

La década del 50 recibe a Fangio en la máxima categoría del automovilismo con un Alfa Romeo, abandona, pero la siguiente carrera logra su primer victoria en la Formula 1. Farina se queda con el campeonato de ese año, pero Juan Manuel ganaría el siguiente, en el 51. Un cambio de escudería, Masseratti es la marca para la que corre, el ritmo de competencias es vertiginoso, como lo fue desde la 1º vez que se subió a un auto en Buenos Aires, es así que después de terminar un carrera en Irlanda, vuela a Italia para disputar el Gran Premio de Monza, solo correría 30 minutos, la falta de descanso en el piloto hizo que este pierda el control y se despiste, dejándole varias lesiones y el resto de la temporada afuera.

Muchos pilotos se hubieran replanteado la posibilidad de seguir en las pistas, pero don Fangio no, es así que el mes de enero y la Ciudad de Buenos Aires lo reciben una vez mas. Saldría subcampeón detrás de su amigo y arichi rival, el gran Alberto Ascari. Los años siguientes lo tuvieron como campeón del mundo otra vez en los años 54, 55, 56y 57, acumulando así 5 campeonatos del mundo y 2 sub campeonatos en 7 temporadas en la categoría, un record superado recién en el 2003 por el multicampeon Michael Schumacher.

Fangio era un ganador, y corrió como tal, nunca quiso competir si no estaba a la altura de los mejores, esa es la razón de su retiro en el 58, consiguió hazañas inéditas sobre cuatro ruedas, cuando la fibra de carbono no existía, ni los neumáticos anchos, pero los autos andaban a la misma velocidad que en la actualidad, un grande, un distinto, que ostenta el record de mayor efectividad en la Formula 1, con el 47% de carreras ganadas, algo inmejorable.

Sufrió catástrofes, la muerte de su copiloto en una de las carreras panamericanas, su propio accidente, la muerte de Alberto Ascari, su secuestro en Cuba, pero siempre siguió sobre las 4 ruedas, siempre quiso ganar, siempre quiso ser el numero uno y hasta el momento de su muerte en 1995 vivió por y para el automovilismo, un piloto fuera de serie, un autodidacta capaz de pasar 3 horas arriba de un auto a mas de 50 grados cuando los fierros eran las maquinas, no las computadoras ni la telemetría ni el pit stop de 8 segundos, cuando los fierros eran simplemente fierros.

Leandro Gómez.