viernes, 13 de julio de 2007

Messi Poesía








Messi.

Mecí.

Mercí.

La pelota dormida.

La pelota bien tratada.

Acunada.

En francés.

Expatriado para jugar enfrente.

Pito catalanes.

La magia en estado puro.

Sí, la magia.

Cómo puede tener tanto potrero si anduvo poco por canchas polvorosas.

Si anduvo nada por retazos de tierra con arcos inventados.

Por empedrados infames.

Si escuchó tan pocas veces el canto de sirena: “el último gol gana”.

La hizo de trapo pero sin trapos.

Se rateó del tedio.

Es libre.

Tiene el espíritu alegre.

Ya fue tapa.

Y héroe.

Y les puso la tapa.

Y nos enseñó que lo heroico no siempre está ligado a la fuerza.

Subordinado a la valentía de los aceros.

Hay otro grado.

Otro estilo de valientes.

Los que llevan adelante su sueño de cometa en un cielo de aviones ultrasónicos.

Los que no renuncian a su rima en un ámbito de cassetteros profetas.

Esa es su medalla.

Su blasón.

El mejor trofeo.

Una esnseñanza y una esperanza.

Mecí.

Mecí.

Mercí.


Daniel Roncoli. "Instrucciones para embellecer un domingo

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