viernes, 4 de enero de 2008

Especial Zidane parte I.



Zinedine Zidane es un elefante con el cerebro de una bailarina. Su andar es pesado pero sus decisiones son ágiles. Es uno de los jugadores que más placer me da observar, aunque siempre tengo la impresión de que la atolondrada urgencia del partido lo va a superar. Sin embargo, su inteligencia trabaja a la velocidad del sonido para meterle a la pelota una mayor carga de peligro y malicia de la que traía. Zinedine Zidane es un talento altruista que le da a un equipo muchas prestaciones. No es un gran recuperador, pero perdida la posesión de la pelota se puede contar con él: no resulta fácil eliminarlo y es capaz de perseguir a un rival treinta metros para dificultar su maniobra. SU gran aporte tiene que ver con la construcción del juego (toca más de setenta pelotas por partido) y la ya mencionada lectura rápida para aportarle a la acción una claridad profunda. Ningún medio campista del mundo hace un uso tan inteligente del balón como ZIdane. Lo sabe guardar, intenta asociarse, elimina a un rival cuando la jugada lo requiere. Tiene un buen tiro, pero le falta gol para juntarse en la historia con uno como Platini.

Decir que el fútbol es caprichoso es una generalidad. Caprichosos son los goles. El juego es el argumento, pero el gol es el problema, el detalle crucial, la llave que abre una puerta colosal. ¿Cuántas veces habrá tirado Raúl, con la imaginación, el penal que no entró? ¿Qué cadena de acontecimientos hubiera producido su gol? ¿Qué estaríamos diciendo de España? ¿Y de Raúl? ¿Y de Zidane? Mirado en perspectiva es otra cosa, pero si analizamos el fútbol por los acontecimientos aislados, hasta los agnósticos terminamos creyendo que, detrás del juego, hay un dios chiflado muriéndose de risa. Raúl, el goleador frío e implacable, tira fuera un penal de plata. Uno está a punto de creer en la teoría del caos, pero el balón pasa por Zidane y se hace el orden hasta en los espectadores. En la tremenda discusión que antecedió al penal decisivo, Zidane no participó. Prefirió habar las pulsaciones, recuperar la serenidad, ajustar la mira. El tiro fue intachable: fuerte, esquinado, alto. De pronto, descubrimos que el partido lo había ganado el mejor equipo; que el penal lo había mentido el mejor jugador; que Raúl seguirá siendo Raúl. Si es verdad que hay un dios chiflado, de Zidane no se ríe…


Jorge Valdano (El Miedo Escénico y otras hierbas)


Zinedine Zidane nació en Marsella el 23 de junio de 1972. Sus padres son argelinos y tiene cuatro hermanos. Desde muy pequeño sintió afición por el bádminton y a los 6 años comenzó a practicar el judo. Así daba claras muestras de que era un niño sumamente interesado por el mundo del deporte. Pero su primer momento crucial fue cuando asistió al estadio de Marsella y allí vio jugar a quien sería el ídolo de toda su carrera: Enzo Francescoli, el Príncipe quien, por ese entonces, jugaba en el Olympique de Marsella.

Con tan solo 14 años, se marchó hacia la mítica ciudad de Cannes, donde jugó para el AS de Cannes y donde vivió en la casa de un directivo del club, que lo acogió como un hijo, dado que la familia de quien más tarde sería apodado como Zizou, no tenía el dinero suficiente para financiar su estadía en aquella ciudad. Allí marcó su primer gol en la máxima categoría francesa, donde luego se volvió titular, jugando más de 30 partidos y alcanzando la cifra de 5 goles.

Con 17 años debutó en la Ligue 1 francesa frente a Nantes. Su siguiente equipo fue el Girondins de Burdeos, donde permaneció cuatro años, equipo que lo hizo conocido en el resto de Europa. Se recuerda de esta época una gran actuación en la copa UEFA durante el año 1996. Y, ese mismo año, sería el año en el que Zinedine diera un paso sumamente importante en su vida profesional cuando fichó para la Juventus y, además, vistió la camiseta de la Selección Francesa.

En la época de la Juventus ganó casi todo: liga, copa, supercopa de Italia, copa Intercontinental. El único título que se le negaba hasta entonces, era el de la Liga de Campeones. Casualmente su equipo había perdido una final de la Liga de Campeones frente al Real Madrid. El Real que iba a ser su última morada en el mundo del fútbol profesional y el club con el que sí iba a conseguir la Liga de Campeones. Pero antes de que su destino cambie de Italia a España, llegaba el mundial de 1998.

El 9 de junio de 2001 Zizou fue presentado como jugador del Real Madrid. El traspaso costó alrededor de 75 millones de euros, lo que le convirtió en el jugador más caro en la historia del fútbol mundial. Aunque al principio le costó acomodarse en un equipo de estrellas (el famoso equipo de Los Galácticos), culminó la temporada anotando el gol que daba la victoria por 2-1 al Real Madrid ante el equipo alemán Bayer Leverkusen en la final de la Liga de Campeones de 2001-2002, celebrada en Glasgow, y que fue considerado por la UEFA el mejor gol de las finales de la Liga de Campeones.

Dentro del terreno de juego, Zidane es un mediocampista ofensivo al que le gusta desenvolverse con libertad para organizar la ofensiva de su equipo; su exquisita calidad técnica, un físico potente y una privilegiada visión del juego hacen de él un futbolista creativo, imprevisible y con enormes recursos: puede regatear, driblar, hacer paredes, lanzar pases geniales, o romper una defensa por velocidad; además, su precisión den el disparo, que ejecuta con ambas piernas, le convierten en un peligro constante para los porteros rivales, quienes temen especialmente sus lanzamientos de falta directa.




SELECCIÓN FRANCESA


Sus destacadas actuaciones en el fútbol francés (Girondins de Bourdeaux), le llevaron a debutar con la selección nacional en agosto de 1994, en un partido frente a República Checa.; por entonces, el combinado galo atravesaba omentos de penuria deportiva (había estado ausente en los últimos dos campeonatos mundiales) pero una nueva generación de futbolistas, entre los que también figuraban sus compañeros de equipo en Burdeos, Christoph Dugarry y Bixente Lizarazu, contribuyeron a un resurgir que se plasmó en una buena actuación en la Eurocopa de 1996.

Su gran actuación en la copa del mundo de 1998, sobre todo en la final frente a Brasil, (allí marcó 2 de los 3 goles de Francia) le valió el título mundial y le ayudó a conseguir el Bañón de Oro como mejor futbolista del año.

Fue elegido como el mejor jugador del Campeonato Mundial de 1998. También se coronó campeón en la Eurocopa Bélgica-Holanda 2000.

Las lesiones que Zidane sufrió durante el año 2001 impidieron que repitiese su actuación de 1998 con la selección de su país en el mundial de 2002, donde su equipo fue eliminado en la primera ronda sin anotar un solo gol.

Muchas de estas lesiones le fueron provocadas por la gran cantidad de partidos que Zidane jugó en ese año entre Liga Española, Champions League y Selección Francesa.

Zinedine se retiró de la selección francesa tras culminar una mala Eurocopa de fútbol 2004, en la que Francia cayó derrotada en cuartos de final por 0-1 contra Grecia, que acabó llevándose el título. En el año 2005 volvió a la selección de su país con la meta de lograr la copa del mundo en 2006, siendo un jugador clave para su selección durante la fase de clasificación.

Y llegaba Alemania 2006. La selección francesa había hecho un mundial no muy brillante pero había conseguido su pase a la final, donde iba a enfrentar a Italia. Ante este partido, el lateral de la selección gala, Willy Sagnol, declaraba “Creo que el jugador más fuerte de Italia es su conjunto. Realmente tienen un equipo muy fuerte, pero nosotros tenemos a Zizou y eso desequilibra. Nosotros tenemos a Zidane; Italia, no”.

Una vez llegada la final, marcó un gol de penal, poniendo a Francia por delante. Sin embargo, Italia forzó la prórroga, y a los cinco minutos del segundo tiempo suplementario, tras unos agarrones con Marco Materazzi, el jugador italiano lo insultó y Zidane le propinó un cabezazo en el pecho, lo que le valió su expulsión por tarjeta roja. Respecto de este incidente en un programa de televisión de Brasil, los insultos que le propinó Materazzi a Zizou fueron descifrados por un grupo de sordomudos, experto en lectura de labios. El italiano le habría dicho: “eres un argelino terrorista de mierda”. Claro está que, para quien lleva la bandera de los derechos humanos en alto, y quien defiende la tradición de su sangre como lo hace Zidane, es inaceptable que alguien pueda decir semejantes palabras.

Su ídolo y amigo personal Enzo Francescoli, opinaba lo siguiente de este desafortunado incidente:

"Fue algo muy raro, inexplicable, como varias cosas que él hace dentro de la cancha", "Fue un segundo de locura, que a veces te atrapa, pero no deja de ser una torpeza lo que hizo, sin dudas es algo reprochable. Fue un acto de incoherencia".
Sobre las razones por las que reaccionó el ex jugador del Real Madrid, Francescoli dijo no saber demasiado: "La verdad que solo lo saben ellos dos, no se sabe lo que realmente pasó. El es un tipo tranquilo en la cancha y sumado a lo que estaba logrando, no te deja pensar que sea un tema de impotencia. Porque había sido el tipo mas importante del mundial. El cierre de su carrera no podía ser mejor que eso. Pero cuando vio el cartón rojo se dio cuenta de lo que hizo, eso lo demuestra la cabeza gacha".

El tiempo reglamentario de la final de Alemania 2006, terminó con un empate 1-1, teniendo que definir la contienda en la instancia de los penales. Allí, la selección de Francia, salió derrotada. A lo largo del torneo, Zidane marcó tres goles.

Al acabar el partido, se anunció el nombramiento de Zidane como mejor jugador de mundial (en una votación realizada por la prensa a partir de una lista de nominados escogida por el Grupo de Estudios Técnicos de la FIFA), sin embargo tras ser expulsado, no volvió al terreno para recoger su medalla de subcampeón.





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