sábado, 13 de septiembre de 2008

Gullit.



Ruud Gullit, llamado el Tulipán Negro, ha sido siempre un clamoroso enemigo del racismo. Entre partido y partido ha cantado, guitarra en mano, en varios conciertos organizados contra el apartheid en África del Sur y, en 1987, cuando fue elegido el jugador más destacado de Europa, dedicó su balón de oro a Nelson Mandela, que llevaba muchos encerrado en la cárcel por el delito de creer que los negros son personas.

A Gullit le operaron tres veces una rodilla. Las tres veces, los comentaristas lo dieron por liquidado. Pero resucitó a puras ganas:

- Yo sin jugar, soy como un recién nacido sin chupete.

Sus veloces y goleadores piernas, y su físico imponente, coronado por una melena de rulerío rasta, le han ganado el fervor popular en los equipos más poderosos de Holanda y de Italia. En cambio, Gullit nunca se ha llevado bien con los directores técnicos ni con los dirigentes, por su costumbre de desobedecer y por su porfiada manía de denunciar a la cultura del dinero, que está convirtiendo al fútbol en un asunto más de la bolsa de valores.


Eduardo Galeano




1 comentario:

Anónimo dijo...

Libro infaltable si los hay... La mejor, como siempre!