Loco Montenegro
Si se habla de Bahía Blanca, indefectiblemente se habla de básquet. Es que la ciudad ubicada al sur de la provincia de Buenos Aires es, sin duda alguna, la cuna del básquetbol nacional. Allí nació en la primavera de 1966 uno de sus máximos exponentes: Hernán “EL Loco” Montenegro.
Extrovertido, divertido, sin pelos en la lengua, y con mucho, pero mucho talento, El Loco forjó una personalidad única, y de muy joven se convirtió en una de las promesas del básquet argentino, allá por 1983, cuando el gran León Najnudel lo reclutó y se lo llevó con sólo 17 años a jugar en el CAI Zaragoza de la Liga española. Sin embargo, esta experiencia le jugaría en contra a Montenegro, ya que al no poder obtener la ciudadanía para no ocupar la plaza extracomunitaria, sólo se entrenaba, lo que lo llevó a conocer la noche, y de ahí las adicciones, entre las que se topó con la temible cocaína.
“Yo puedo decir que volví de la muerte”, aseguraría tiempo más tarde, luego de superar su adicción a
Una historia muy rica es la de este ala-pivot de más de dos metros de altura, lleno de extravagancias y locuras, a tal punto de ir a comprar un auto escarabajo para su esposa y volverse con un colectivo, o de dedicarle el haber sido elegido el Jugador Más Valioso del Séptimo Juego de las Estrellas con un sutil “hijo de mil” puta a Vecchio, quien en ese entonces lo había marginado de la Selección para los Juegos Panamericanos de Mar del Plata 1995. Todo un personaje Montenegro. Participó en el Mundial de 1986 y resignó dos más y un Juego Olímpico “por defender ideales”, y hasta llegó a declarar que “en la Liga te mandan un discurso moralista pero en los Play off se termina todo. Te dicen ‘yo puse plata y quiero ganar. Si tenés que tomarte una línea de merca o infiltrarte para ganar, hacelo’”. Sin titubeos a la hora de poner las cartas sobre la mesa: “Dejé de gozar el básquet cuando me di cuenta que era una prostituta del sistema”, denunció. Cuando se encontraba en el campamento de los Sixers de la NBA, donde estuvo seis meses, compartió habitación con Charles Barkley: “El gordo arrancaba de noche y se armaba unas caravanas de novela. Llegaba con unos pedos tremendos a las cuatro de
En fin, la vida de Hernán, como la de todo talentoso deportista que adquiere fama y dinero rápidamente, tuvo picos muy marcados: desde ser elegido Jugador Más Valioso en 1995 a ser sancionado ocho meses por consumir droga; de jugar en Italia, Venezuela y hasta Estados Unidos a participar en el TNA donde se fue por falta de pago; y hasta quedarse en el entretiempo durante un partido por sentirse deprimido. Pero siempre respetó códigos que según él le enseñó la calle, no el básquet. Si hasta rechazó una oferta de 500 mil dólares para jugar en Dallas Mavericks porque ya había firmado con Estudiantes de Bahía Blanca. Montenegro, una perla del básquet argentino que podría haber llegado mucho más lejos, es cierto, pero que vivió siempre a su manera y sin perjudicar a nadie, y que siempre actuó sin careta y sin casete.
Hoy luego de 6 años de retiro y con 43 años volvió para traernos un poco mas de su locura que tan bien le hace a nustro chato deporte.
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