Después de muchas peleas en el Comité Olímpico Internacional, se había decidido que
La historia da cuenta de que la década de 1960 estuvo plagada de acontecimientos de gran relevancia política y el desarrollo de estos juegos no iba a estar al margen del clima de la época. La historia de las olimpíadas de México no tiene un comienzo para nada feliz. Los juegos tenían fecha de inauguración para el 12 de octubre. Aquí encontramos el primer hecho desafortunado, si tenemos en cuenta la fecha y lo que simboliza para América Latina. Pero no contentos con esto, México acababa de experimentar la denominada Masacre de Tlatelolco el 2 de octubre. Casi 300 personas fueron asesinadas en
Todos estos acontecimientos generaron un clima enrarecido en Ciudad de México lo que ocasionó que no asistiera tanto público como el esperado.
Finalmente, los Juegos Olímpicos fueron inaugurados y no sólo que fue la primera vez de América Latina como sede de tal evento, sino que también fue la primera vez que una mujer llevó la antorcha olímpica.
Estados Unidos, según las predicciones, reunió a uno de los mejores equipos de atletismo de la historia. Sin embargo, la política empezó a jugarle una mala pasada. Tommie Smith y John Carlos que, respectivamente obtuvieron el oro y el bronce en la carrera de los
Sin embargo, hubo un cambio de planes y Brundage estaba en un acontecimiento diferente. Los aficionados observadores quizá notaron que habían compartido un par de guantes. Smith utilizando la mano derecha y Carlos, la izquierda. El otro par lo llevaba el corredor de
Al día siguiente, Carlos fue entrevistado en uno de los principales bulevares de México. Dijo: “Queríamos que todos los negros del mundo, el tendero y el zapatero remendón, supieran que cuando esa medalla cuelga sobre mi pecho o en el de TOmmie, lo hace también sobre el suyo”.
El Comité Olímpico Internacional, BRundage en especial, estaba furioso. EL contingente estadounidense se dividió entre aquellos que se sentían ultrajados y quienes querían mantener unido a su extraordinario equipo. El comité amenazaba con suspenderlos a todos. En lugar de ello se conformaron con que el equipo suspendiera a Smith y a Carlos, a quienes se le dieron 48 hs para abandonar la villa olímpica. Otros atletas negros tb hicieron gestos políticos pero el COI hizo lo imposible para encontrar motivos por los que tales ofensas no fueran tan severas. Cuando el equipo norteamericano arrasó en los
Tampoco el ganador de la medalla de bronce en salto de longitud, Ralph Boston, que acudió descalzo a la ceremonia, merecería condena alguna por su protesta. El saltador de longitud Bob Beamon, que en su primer intento saltó
El incidente de la entrega de medallas de Smith y Carlos casi no llamó la atención en el atestado estadio olímpico. Fue sólo la cobertura televisiva, un primer plano de los dos atletas como si todo el estadio les contemplase, la que hizo de aquél uno de los momentos más recordados de los juegos de 1968.
Smith, que había batido todos los récords vio eclipsada toda su carrera por el incidente pero siempre que le preguntaban al respecto contestaba: “Estábamos allí para defender los derechos humanos y a los negros norteamericanos”.
Lamentablemente, las autoridades no hicieron la misma lectura que Smith y, por lo tanto, decidieron, una vez más, cercenar a las minorías suspendiendo de la competición a quienes bogaban por la igualdad social.
Otra injustita cometida en nombre del “orden establecido” que no hizo más que reafirmar que queda mucho camino por recorrer hasta alcanzar una vida plena en cuestiones de integración.
Fragmentos extraídos del libro "1968, el año que conmocionó al mundo" de Mark Kurlansky, compaginado por Evangelina Diaz Quijano.
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