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domingo, 6 de enero de 2008

Especial Zidane parte II.



SU APORTE A LAS NACIONES UNIDAS


Zidane fue nombrado embajador de buena voluntad en 2001, con la misión de movilizar a los ciudadanos del mundo entero a favor de la lucha contra la pobreza. Junto a Ronaldo, estrella brasileña del fútbol y antiguo compañero de Zidane en el Real Madrid, lanzó la iniciativa del PNUD “Equipos para acabar con la pobreza” y ha participado amablemente en anuncios de prensa y televisivos para promover los Objetivos del Milenio para el desarrollo (OMD). El propósito de estos objetivos, -que fueron aceptados en 2000 por 191 Jefes de Estado y de Gobierno-, es reducir la pobreza a la mitad para el año 2015, luchando especialmente contra el hambre, las enfermedades, el analfabetismo, y la discriminación contra la mujer. Desde 2003, Zidane promueve junto a Ronaldo la iniciativa “Partido contra la pobreza”, un acontecimiento anual que reúne los astros del fútbol mundial y permite recaudar importantes sumas destinadas a luchar contra la pobreza en todos los continentes. Hasta la fecha, se han recaudado más de dos millones de dólares que permitirán financiar 25 proyectos en 24 países de África, Asia, y América Latina.

Zizou, aprovecha su mayor tiempo libre, luego de haberse retirado del fútbol para visitar con mayor frecuencia los países, sobre todo del África, en los cuales las Naciones Unidas, tiene varios proyectos. Pero, además, sus padres son argelinos y eso es algo que no escapa a su persona. Zidane ha adoptado la religión musulmana para sí mismo, y concuerda con algunas de las peticiones libertarias que, aún hoy, luego de conseguida la independencia del país galo en 1962 tras la famosa y cruenta Guerra de Argelia, sigue reclamando la república ubicada en el Magreb (el poniente, la parte más occidental del África)


ZIZOU Y ZANETTI


Hace unos años Zanetti participó en un partido organizado por la UNICEF junto al ex capitán del seleccionado francés. Ese día Zizou se enteró que el lateral del Inter ayudaba a los “chicos de la calle” y le dejó un “presente”.

Un allegado a Zanetti, lateral volante del Inter, comentó que hace unos años el propio Zinedine Zidane escuchó lo que Zanetti le decía a sus compañeros argentinos (Juan Sebastián Verón, Diego Simeone entre otros) sobre las razones de “sacar los chicos de la calle”.

Se jugaba un amistoso en el Santiago Bernabeu entre famosos y a beneficio de UNICEF. Al final, de vuelta en los vestuarios, Zanetti encontró en el interior de su bolso (de parte de Zidane) un fajo de 10 mil dólares y una nota “Te felicito por lo que hacés por los chicos de tu país”.




EL HEREDERO


Zinedine Zidane se retiró del fútbol con la camiseta del Real Madrid en 2006. Un paso elegante y exitoso por el deporte más atrayente del mundo. Y ahí donde dejó su padre, retomó Enzo, su hijo, que lleva ese nombre en honor al ídolo del padre.

El hijo del crack francés juega al fútbol, como no podía ser de otra manera. Lo lleva en los genes. Tiene 12 años y juega en el Alevín A, un equipo cadete, juvenil del Real Madrid. El primer paso en la cantera, como le llaman los españoles a las divisiones inferiores. Y en semana santa alzó su primer trofeo como futbolista. Fue por la Copa Mediterránea, un torneo muy prestigioso en Europa para los más pequeños. Se jugó en Catalunya y venció en la final nada menos que al Barcelona. El pequeño Zidane ya entusiasma, dicen. Su padre fue de los más exquisitos con la pelota y siempre quedan ganas de verlo en un campo de juego. “Mi padre me ha enseñado algunos truquitos con la ruleta”, contó el niño Enzo tras el triunfo conseguido. La ruleta es esa jugada característica de Zizou, en la que pasa una pierna por encima del balón y se la lleva con la otra.

“Es un niño que hace desparpajos con la pelota. Va para adelante. Tiene buen juego y usa las dos piernas al igual que su padre”, dice Tomás GUasch director del diario AS. El mismo insiste que “en el Madrid lo cuidan mucho, es uno de los niños que más deslumbra. Yo diría que no tiene madre, es hijo de Zidane y de Francescoli”.

¿Características de Enzo? Lo definen como un jugador completo. Es un mediocampista que no tiene problemas de perfil, de amplio despliegue y unas condiciones físicas envidiables para un chico de su edad. Muchos dicen que tiene el estilo del padre. Buen control de balón, habilidad, lujos, voz de mando y juego aéreo. Una promesa.

Enzo llega el nombre de Francescoli, ídolo supremo de su padre. Lleva la sangre y el apellido de un campeón del mundo. Un pequeño futbolista que esconde un futuro enorme. Y heredó el tesoro más preciado de la familia: la habilidad, la elegancia y la pasión por el juego.


Zidane tiene un buen lejos y un buen cerca pero es cierto que, para medir mejor su inteligencia, conviene seguirlo cuando la televisión ya no lo mira. Siempre está buscando el lugar que incomode la marca, sorprendiendo por la espalda y arrancando en el momento justo para mostrarse. Darle la pelota a él es como meterlo en una caja fuerte. Si está de espaldas, controla y gira en un solo movimientos. Disfrutemos, Zidane ya tiene el balón en sus pies. Lo esconde con habilidad, lo toca con la punta de pie, lo pisa, lo trae, lo vuelve a mostrar. Y lo defiende con su cuerpo ancho y potente de falso lento. Mientras tanto, espía la salida de la jugada con una visión periférica escandalosa, como si viera el partido desde la segunda bandeja. Cuando atrajo a suficientes rivales, toca el balón hacia donde corresponde. Otra hipótesis es que nos haga creer que lo va a controlar y, de primera, conecte con la velocidad y con el pensamiento de un delantero que se supo mover en profundidad. Glorioso intermediario entre los mediocampistas defensivos y los delanteros; entre el juego y el gol. SI nos obligaran a meter a Zidane dentro de una palabra, ésta sería, sin dudas: inteligencia. Cuando el fútbol entre en una fase de confusión definitiva hay que acordarse de que la caja negra del juego la tiene guardada Zidane. Ahí dentro, está todo.


Jorge Valdano. El Miedo Escénico y otras hierbas.



viernes, 4 de enero de 2008

Especial Zidane parte I.



Zinedine Zidane es un elefante con el cerebro de una bailarina. Su andar es pesado pero sus decisiones son ágiles. Es uno de los jugadores que más placer me da observar, aunque siempre tengo la impresión de que la atolondrada urgencia del partido lo va a superar. Sin embargo, su inteligencia trabaja a la velocidad del sonido para meterle a la pelota una mayor carga de peligro y malicia de la que traía. Zinedine Zidane es un talento altruista que le da a un equipo muchas prestaciones. No es un gran recuperador, pero perdida la posesión de la pelota se puede contar con él: no resulta fácil eliminarlo y es capaz de perseguir a un rival treinta metros para dificultar su maniobra. SU gran aporte tiene que ver con la construcción del juego (toca más de setenta pelotas por partido) y la ya mencionada lectura rápida para aportarle a la acción una claridad profunda. Ningún medio campista del mundo hace un uso tan inteligente del balón como ZIdane. Lo sabe guardar, intenta asociarse, elimina a un rival cuando la jugada lo requiere. Tiene un buen tiro, pero le falta gol para juntarse en la historia con uno como Platini.

Decir que el fútbol es caprichoso es una generalidad. Caprichosos son los goles. El juego es el argumento, pero el gol es el problema, el detalle crucial, la llave que abre una puerta colosal. ¿Cuántas veces habrá tirado Raúl, con la imaginación, el penal que no entró? ¿Qué cadena de acontecimientos hubiera producido su gol? ¿Qué estaríamos diciendo de España? ¿Y de Raúl? ¿Y de Zidane? Mirado en perspectiva es otra cosa, pero si analizamos el fútbol por los acontecimientos aislados, hasta los agnósticos terminamos creyendo que, detrás del juego, hay un dios chiflado muriéndose de risa. Raúl, el goleador frío e implacable, tira fuera un penal de plata. Uno está a punto de creer en la teoría del caos, pero el balón pasa por Zidane y se hace el orden hasta en los espectadores. En la tremenda discusión que antecedió al penal decisivo, Zidane no participó. Prefirió habar las pulsaciones, recuperar la serenidad, ajustar la mira. El tiro fue intachable: fuerte, esquinado, alto. De pronto, descubrimos que el partido lo había ganado el mejor equipo; que el penal lo había mentido el mejor jugador; que Raúl seguirá siendo Raúl. Si es verdad que hay un dios chiflado, de Zidane no se ríe…


Jorge Valdano (El Miedo Escénico y otras hierbas)


Zinedine Zidane nació en Marsella el 23 de junio de 1972. Sus padres son argelinos y tiene cuatro hermanos. Desde muy pequeño sintió afición por el bádminton y a los 6 años comenzó a practicar el judo. Así daba claras muestras de que era un niño sumamente interesado por el mundo del deporte. Pero su primer momento crucial fue cuando asistió al estadio de Marsella y allí vio jugar a quien sería el ídolo de toda su carrera: Enzo Francescoli, el Príncipe quien, por ese entonces, jugaba en el Olympique de Marsella.

Con tan solo 14 años, se marchó hacia la mítica ciudad de Cannes, donde jugó para el AS de Cannes y donde vivió en la casa de un directivo del club, que lo acogió como un hijo, dado que la familia de quien más tarde sería apodado como Zizou, no tenía el dinero suficiente para financiar su estadía en aquella ciudad. Allí marcó su primer gol en la máxima categoría francesa, donde luego se volvió titular, jugando más de 30 partidos y alcanzando la cifra de 5 goles.

Con 17 años debutó en la Ligue 1 francesa frente a Nantes. Su siguiente equipo fue el Girondins de Burdeos, donde permaneció cuatro años, equipo que lo hizo conocido en el resto de Europa. Se recuerda de esta época una gran actuación en la copa UEFA durante el año 1996. Y, ese mismo año, sería el año en el que Zinedine diera un paso sumamente importante en su vida profesional cuando fichó para la Juventus y, además, vistió la camiseta de la Selección Francesa.

En la época de la Juventus ganó casi todo: liga, copa, supercopa de Italia, copa Intercontinental. El único título que se le negaba hasta entonces, era el de la Liga de Campeones. Casualmente su equipo había perdido una final de la Liga de Campeones frente al Real Madrid. El Real que iba a ser su última morada en el mundo del fútbol profesional y el club con el que sí iba a conseguir la Liga de Campeones. Pero antes de que su destino cambie de Italia a España, llegaba el mundial de 1998.

El 9 de junio de 2001 Zizou fue presentado como jugador del Real Madrid. El traspaso costó alrededor de 75 millones de euros, lo que le convirtió en el jugador más caro en la historia del fútbol mundial. Aunque al principio le costó acomodarse en un equipo de estrellas (el famoso equipo de Los Galácticos), culminó la temporada anotando el gol que daba la victoria por 2-1 al Real Madrid ante el equipo alemán Bayer Leverkusen en la final de la Liga de Campeones de 2001-2002, celebrada en Glasgow, y que fue considerado por la UEFA el mejor gol de las finales de la Liga de Campeones.

Dentro del terreno de juego, Zidane es un mediocampista ofensivo al que le gusta desenvolverse con libertad para organizar la ofensiva de su equipo; su exquisita calidad técnica, un físico potente y una privilegiada visión del juego hacen de él un futbolista creativo, imprevisible y con enormes recursos: puede regatear, driblar, hacer paredes, lanzar pases geniales, o romper una defensa por velocidad; además, su precisión den el disparo, que ejecuta con ambas piernas, le convierten en un peligro constante para los porteros rivales, quienes temen especialmente sus lanzamientos de falta directa.




SELECCIÓN FRANCESA


Sus destacadas actuaciones en el fútbol francés (Girondins de Bourdeaux), le llevaron a debutar con la selección nacional en agosto de 1994, en un partido frente a República Checa.; por entonces, el combinado galo atravesaba omentos de penuria deportiva (había estado ausente en los últimos dos campeonatos mundiales) pero una nueva generación de futbolistas, entre los que también figuraban sus compañeros de equipo en Burdeos, Christoph Dugarry y Bixente Lizarazu, contribuyeron a un resurgir que se plasmó en una buena actuación en la Eurocopa de 1996.

Su gran actuación en la copa del mundo de 1998, sobre todo en la final frente a Brasil, (allí marcó 2 de los 3 goles de Francia) le valió el título mundial y le ayudó a conseguir el Bañón de Oro como mejor futbolista del año.

Fue elegido como el mejor jugador del Campeonato Mundial de 1998. También se coronó campeón en la Eurocopa Bélgica-Holanda 2000.

Las lesiones que Zidane sufrió durante el año 2001 impidieron que repitiese su actuación de 1998 con la selección de su país en el mundial de 2002, donde su equipo fue eliminado en la primera ronda sin anotar un solo gol.

Muchas de estas lesiones le fueron provocadas por la gran cantidad de partidos que Zidane jugó en ese año entre Liga Española, Champions League y Selección Francesa.

Zinedine se retiró de la selección francesa tras culminar una mala Eurocopa de fútbol 2004, en la que Francia cayó derrotada en cuartos de final por 0-1 contra Grecia, que acabó llevándose el título. En el año 2005 volvió a la selección de su país con la meta de lograr la copa del mundo en 2006, siendo un jugador clave para su selección durante la fase de clasificación.

Y llegaba Alemania 2006. La selección francesa había hecho un mundial no muy brillante pero había conseguido su pase a la final, donde iba a enfrentar a Italia. Ante este partido, el lateral de la selección gala, Willy Sagnol, declaraba “Creo que el jugador más fuerte de Italia es su conjunto. Realmente tienen un equipo muy fuerte, pero nosotros tenemos a Zizou y eso desequilibra. Nosotros tenemos a Zidane; Italia, no”.

Una vez llegada la final, marcó un gol de penal, poniendo a Francia por delante. Sin embargo, Italia forzó la prórroga, y a los cinco minutos del segundo tiempo suplementario, tras unos agarrones con Marco Materazzi, el jugador italiano lo insultó y Zidane le propinó un cabezazo en el pecho, lo que le valió su expulsión por tarjeta roja. Respecto de este incidente en un programa de televisión de Brasil, los insultos que le propinó Materazzi a Zizou fueron descifrados por un grupo de sordomudos, experto en lectura de labios. El italiano le habría dicho: “eres un argelino terrorista de mierda”. Claro está que, para quien lleva la bandera de los derechos humanos en alto, y quien defiende la tradición de su sangre como lo hace Zidane, es inaceptable que alguien pueda decir semejantes palabras.

Su ídolo y amigo personal Enzo Francescoli, opinaba lo siguiente de este desafortunado incidente:

"Fue algo muy raro, inexplicable, como varias cosas que él hace dentro de la cancha", "Fue un segundo de locura, que a veces te atrapa, pero no deja de ser una torpeza lo que hizo, sin dudas es algo reprochable. Fue un acto de incoherencia".
Sobre las razones por las que reaccionó el ex jugador del Real Madrid, Francescoli dijo no saber demasiado: "La verdad que solo lo saben ellos dos, no se sabe lo que realmente pasó. El es un tipo tranquilo en la cancha y sumado a lo que estaba logrando, no te deja pensar que sea un tema de impotencia. Porque había sido el tipo mas importante del mundial. El cierre de su carrera no podía ser mejor que eso. Pero cuando vio el cartón rojo se dio cuenta de lo que hizo, eso lo demuestra la cabeza gacha".

El tiempo reglamentario de la final de Alemania 2006, terminó con un empate 1-1, teniendo que definir la contienda en la instancia de los penales. Allí, la selección de Francia, salió derrotada. A lo largo del torneo, Zidane marcó tres goles.

Al acabar el partido, se anunció el nombramiento de Zidane como mejor jugador de mundial (en una votación realizada por la prensa a partir de una lista de nominados escogida por el Grupo de Estudios Técnicos de la FIFA), sin embargo tras ser expulsado, no volvió al terreno para recoger su medalla de subcampeón.