“En la vida existe un valor que permanece muchas veces invisible para los demás, pero que el hombre escucha en lo hondo de su alma: es la fidelidad o traición a lo que sentimos como un destino o una vocación para cumplir”
Ernesto Sábato
El tipo nació en Rosario una ciudad conocida como meca cultural y social de este país. El Negro Roberto Fontanarrosa se entusiasmaba cada vez que el tipo volvía a Rosario ya que “podía ir mas seguido a tomar un café con él”.
Hablar de revoluciones nunca estuvo muy bien visto en ningún aspecto social.
Un señor con pelo largo y fumando sin parar mira por la ventana de un café céntrico (cuando todavía existía el placer del cigarrillo y el café), ¿mira por la ventana? No, en realidad piensa.
Pensar. ¿Cuántos piensan? Resulta que ahora a pensar lo llaman mentir. Si el César miente que vivan los mentirosos. La gente fría, capaz de abandonar en medio un equipo por no poder tolerar tanta injusticia alrededor, tanto negocio, tanto “espectáculo” y tan poco fútbol.
Formas de entender el juego es lo que se plantea. Elaboración, defensa, ataque, recuperación.
En un sistema sin demasiadas ganas de entender demasiado difícil será que prosperen las ideas de un tipo quien cita a Carlos Marx.
"El problema de la sociedad siempre será quién educa a los educadores", dijo este flaco rememorando a Marx. Ojalá el sistema hubiese escuchado un rato a este loco, ojalá el sistema escuche un rato al César.
Este señor es el que dijo que a Messi le falta “ordenar su alegría”, refiriéndose a esa odiosa comparación de Maradona con Messi. Diego ordenó su alegría, a Messi le falta eso.
Como puede ser respetado en este sistema un tipo que dice que en el fútbol “no hay más público, los que van a la cancha son espectadores. Yo en un ballet soy un espectador; en un museo me emociono por estar en un lugar maravilloso, lleno de ideas concretadas... En el fútbol soy otra cosa. Y el fútbol está en tal punto que necesita que le pongan minas que muestren culos”
¿Le conviene a la parafernalia de la televisión que estas ideas sean difundidas? Si le dice al diario deportivo más importante (o el único) que los directores técnicos son agentes de seguridad de los clubes.
Las ganas de cambiar las cosas lo hacen volver y volver; en Méjico, en Argentina, como técnico o como periodista. Pero siempre termina escuchando en el fondo de su alma que no puede traicionar su vocación a cumplir. Una vocación que jamás se irá para la derecha como si lo hace el fútbol. ¿Están pensando en el 78? Sigan pensando en eso los traidores que terminarán pagando su culpa.
De él Cryuff ha dicho que entrenadores así ya no quedan.
“Yo quiero una revolución a favor de un compromiso con la gente. No como los que, dentro y fuera del fútbol, quieren hacerlas para sobrellevar la miseria: los que juegan al 0-0 para ver si pueden ganar 1-0. Yo juego para ganar 3-0. Siempre quiero ganar, eh. Los que me conocen saben que no hay tipo más loco para los juegos. Pero siempre quiero jugar bien, mejor que el otro. No quiero ganar porque pincho la pelota”
Algunos también quieren esa revolución Flaco. Y vos sos el ideólogo.
Federico Julián Aiub.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario