JOSÉ BARRITA
A principios de la década de los 80, cuando en Argentina no existía un atisbo de vida democrática, quedaban algunos lugares donde, paradójicamente, el voto (como mero símbolo de la bendita democracia) seguía su curso. Era el caso de los clubes de fútbol y Boca Juniors gozaba de ese, por entonces, privilegio. Claro, también padecía la fortísima crisis económica que atravesaba el país. Para el año 81, Boca ya era considerado uno de los clubes más importantes de país, sino el más importante. Su hinchada, una de las más apasionadas del fútbol mundial. Pero algo o alguien existía detrás de aquella populosa afición. Aparecía, entonces, un nombre: Quique “el carnicero”. Él era quien manejaba los hilos de la hinchada de Boca; mejor dicho, de la barrabrava de Boca. Pero un día 1981 cuando la barra viajaba al interior para seguir al equipo de sus amores, un hombre de cabello blanco, se presentó ante el tal Quique, sacó de su saco un revólver calibre 38, le apuntó a la cabeza, y le dijo que desde ese momento él sería quien comandara a la parte más radical de la afición del club más popular del país. Así nacía la leyenda, de José Barrita, apodado “El abuelo” por ese cabello cubierto de canas.
Había nacido en Spilinga, un pueblito de la región de Cattanzaro en la provincia de Calabria, el 5 de enero de 1953, hasta
que sus padres decidierion venir a vivir a
As
Comenzó a tejer una relación muy estrecha con Antonio Alegre, por entonces presidente de la institución, que le valió el reconocimiento dentro del club. Pero a los “machos” se los conoce por los hechos. Por eso, El Abuelo, recurrió a las armas para ganarse el respeto de
Con todos estos datos, resulta curioso encontrar opiniones que apoyan y celebran el accionar de José Barrita. Fue él quien creó la “Fundación Jugador Número
Barrita se fue haciendo conocido, no sólo en el mundo futbolístico, sino en los medios en general. Era habitual verlo en lujosas fiestas; vacacionando en las mejores playas de los países vecinos. Fue él quien se encargó de llegar al mundial de México 86 uniendo nada mas y nada menos que a las hinchadas de Boca y Chacarita que, en un acto heroico se encargaron de demostrarle a los hooligans ingleses quienes y de qué eran capaces los hinchas argentinos. Una anécdota harto conocida es la que relata aquella “apretada” que sufrieron los jugadores de Boca en el predio de
Es indiscutible que José Barrita no sólo fue un ícono de la barrabrava, sino de la mismísima historia de Boca Juniors. Es imposible no pensar en una historia donde se entremezclan héroes y villanos. Donde, además, ni los unos son tan héroes; ni los otros, tan villanos. Donde, en muchas ocasiones, se entrelazan hilos entre los “buenos” y los no tanto.
Son siete años desde la muerte de una persona que sentó precendentes, por más horrible que suene el vocablo judicial, para que hoy sucedan algunas de las cosas que suceden entre barras y dirigentes. Las discusiones y reflexiones posibles son infinitas. Quedémonos pensando en que “la culpa ES del animal, no del que le da de comer”.
1 comentario:
Que no extrañe que dentro de poco aparezaca una calle con su nombre.
Saludos.
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