FELIZ CUMPLE, FIFA
Y dice la historia que una vez que la población comenzó a crecer y reproducirse, tuvo que organizarse en ciudades, que luego fueron Estados que se separaron de otros iguales. Y se dieron sus propias normas para poder vivir en “armonía” y así alejarse de aquella teoría de Hobbes que hablaba del estado de violencia permanente. Este cuento tan real, se aplica también al fútbol que, al convertirse en un deporte masivo, parece necesitar una institución que reglamente el juego, que lo organice, que lo “ordene”.
Entonces, hace 104 años, el 21 de mayo de 1904 nació la FIFA (Fédération Internationale de Football Association). Algunos, como los ingleses, no estuvieron de acuerdo con la creación de dicho organismo pero, finalmente, sucumbirían al poder que la institución fue ganando a lo largo de su historia. Parece que en 1906, la FIFA presentó su primer torneo internacional, pero fue un fracaso. Unas cuantas idas y vueltas con los países que se afiliaban y los que no; Guerra mundial de por medio y, finalmente, Uruguay 1930: primer mundial de fútbol organizado por la institución, cuyo ganador sería el dueño de casa. Los años seguían transcurriendo, los países seguían afiliándose, porque este era el único modo de estar en las competiciones internacionales y, para la década del 60 con el Sr. Stanley Rous en la presidencia, FIFA contaba con 84 países miembro. Hasta aquí la historia es simplemente esa: una institución que nuclea las asociaciones de fútbol de los distintos países para darle soporte a las competiciones del deporte que, a esta altura, ya era el más popular en todo el planeta. Pero ¿qué pasaría unos años después? Retomamos: año 1974, la presidencia de la FIFA era ocupada por el brasileño Joao Havelange. ¿Qué decir del período durante el cual este señor fue presidente? Parece que Havelange, muy comprometido con los sucesos de su época y con la cultura de su Sudamérica natal, decidió traducir el modelo político de entonces, al seno de la FIFA. Claro, década del 70, no hace falta aclarar mucho más que eso. También fue lo suficientemente inteligente para hacer de FIFA una empresa más que redituable que puertas para afuera enarbolaba la bandera de la labor social del fútbol. Andaba diciendo por ahí que el fútbol era un gran motor para el desarrollo de los países; que había que buscar el reflejo en las personas talentosas del deporte. Si hasta dijo que Diego Maradona era un ejemplo. Pero, ¿no fue Havelange quien en el mundial del 94, con toda su sutileza, decidió hacer callar al gordito porque estaba harto de escuchar sus denuncias en contra de su adorada FIFA y le mandó a cortar las piernas?
Sí; casi sin darnos cuenta, saltamos del 74 al 94. Sólo porque durante veinte años todo fue lo mismo. Y todavía faltaban cuatro años para que el brasileño dejara su puesto. Finalmente, en 1998 se develaba el misterio y el sucesor de Havelange, iba a ser quien hoy es el actual presidente de FIFA: Joseph Blatter. Y parece que este tipo es alguien que pregona la tolerancia, la integración: organizó, por primera vez, un mundial en Asia, el de 2002 y uno en África, el que nos va a tocar vivir en 2010. Ah, pero… ¿es este mismo señor el que decidió que no se juegue más fútbol en campos de juego a más de 2500 metros de altura sobre el nivel del mar? Si hay alguien responsable de haber creado este mundo, por favor, que vaya a darle las explicaciones pertinentes al señor Blatter de cómo se confundió tanto al diseñar el Altiplano boliviano, el Cusco y cualquier otra elevación del terreno que vaya en contra de los intereses de Europa, eh, perdón, perdón, en contra de la salud de los futbolistas.
En pocos días más comienza, en Suiza, un juicio a una empresa que parece estar sospechada de haber pagado interesantes coimas para obtener jugosos contratos con FIFA por derechos de televisación. Hacemos un paréntesis para saludar a Blatter y su partenaire, don Julio Grondona que, además de vicepresidente de la institución es, también, el director de finanzas.
Ayer la FIFA, esa misma del fair play, cumplió 104 años desde su fundación. Suponemos que en Suiza, su hogar, habrán festejado de lo lindo y muchas habrán sido las felicitaciones que llegaron. Dicen que una de las tarjetas recibidas empezaba así: “Si yo fuera Maradona, saldría en mondovisión, pa gritarles a la FIFA que ellos son el gran ladrón”.
Salud, FIFA!
por Evangelina Diaz Quijano.
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