martes, 26 de diciembre de 2006

Felicidades !

Deseandoles todas las felicidades posibles en este dificil mundo les dejamos los textos del jueves pasado.
Esperanza para todos.


¡Si el fútbol fuera siempre así!

Por Juan José Panno

Si el fútbol fuera siempre así...

Y los partidos se jugaran en una cancha llena, colorida, ruidosa, espectacular por donde se la mirase, con la mitad de hinchas de un lado y la mitad del otro y sin restricciones para simpatizantes genuinos que cometieran el pecado de no ser socios.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y ganara el que jugara mejor, el que hiciera mejor las cosas, el que se tuviera más fe, el que se afirmara en su modestia, el que generara más y mejores situaciones de gol.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y se pudieran recordar tiros apenas desviados, remates en el palo, excelentes atajadas, pisadas como las de Sosa y Gago, cambios de frente como los del veterano Verón y jugadas que, vistas por televisión, tal vez no digan mucho, pero en el contexto de ese clima fervoroso se agigantan hasta la emoción.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y todos los futbolistas se jugaran el alma en cada pelota dividida sin levantar la punta del botín para lastimar al contrario por las dudas y sólo se dieran esporádicamente situaciones como las que derivaron en las expulsiones de Ledesma y Pablo Alvarez, que podrían haber sido resuelta con amarilla y no roja para los dos.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y se diera con naturalidad que el pez chico se pudiera comer al grande y el grande se la bancara y los que tienen que impartir justicia no le dieran una mano al grande.

Si el fútbol fuera siempre así..

Y los partidos tuvieran pasajes como algunos del primer tiempo en el partido de Liniers, con llegadas de ida y vuelta que infartaran a los hinchas, enloquecieran a los relatores y obligaran al aplauso a los neutrales.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y las hinchadas no pararan de gritar un solo instante poniendo mucha más energía en alentar a los propios que en insultar a los contrarios.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y los que ganaran tuvieran espacio para liberar su alegría sin que nada se los impidiera.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y nadie se colgara del alambrado para suspender el partido, y los dirigentes no fueran a los vestuarios y nadie tirara piedras, y no hubiera sospecha de incentivación, soborno, tongo ni nada de eso.

Si el fútbol fuera siempre así...

Y ocurriera que al menos un sector de las plateas de los que perdieron aplaudieran con dignidad a los que ganaron.

Si el fútbol fuera siempre así... sería sencillamente maravilloso.

http://www.pagina12.com.ar/diario/deportes/8-77674-2006-12-14.html


Un pedazo de historia criolla: Argentino de Quilmes, primer club criollo de nuestro país.

Dicen los que saben que la historia en realidad, es simplemente el sentir de quien la narra. Y muchas veces, algunos descreen de ello simplemente por no haberla vivido. Sin embargo, pocos desconocen el verdadero nacimiento de una Institución tan gloriosa como Argentino de Quilmes, el primer club criollo de nuestro país.

Allá por el año 1898, cuando la práctica del fútbol en la Argentina estaba casi desarrollada bajo las "leyes inglesas", era muy común escuchar entre los jugadores palabras de origen británico, tales como "lineman", "team", "wing" o "centrofootball". Y la práctica de este deporte estaba casi supeditada a aquellos que pertenecieran al círculo de los primitivos jugadores ingleses y que se regían bajo las costumbres típicas de esa nacionalidad. No obstante, hacía ya tiempo que un grupo de jóvenes entusiasmados por la práctica del "football" intentaban imponer sus propias reglas y lograr una adhesión masiva de otros jugadores a un nuevo fútbol, el fútbol criollo. Éstos, quienes ni siquiera contaban con un campo propio para el desarrollo de la actividad, solían invadir "fields" ajenos (denominados así los campos de juegos) y encontrarse en constantes entredichos con los tradicionales jugadores ingleses de Quilmes, que por ese entonces monopolizaban la Footbal League. Pero con el paso del tiempo, el nuevo fútbol impuesto por los criollos rebeldes, comenzó a tomar color y conseguir adeptos. Tal es así que en Junio de 1899, una muchachada apasionada por el deporte formó el equipo que con los años sería reconocido como "relámpago", y que causaría admiración y deslumbre en quienes observaban la velocidad y astucia con la que se movían y disputaban los partidos sus integrantes. Todos ellos nativos de la ciudad y rebeldes a la exclusión que proponían los ingleses del Quilmes Athletic Club. Y quienes, en definitiva, con la rebeldía propia del criollo, la pasión innata del que ama este deporte y la garra lógica del que lucha por conseguir un objetivo, formarían unos meses luego, más precisamente el 1 de Diciembre de 1899, el CLUB ATLÉTICO ARGENTINO DE QUILMES.

Club que se caracterizó desde el primer momento, por establecer normas propias que se alejaban en demasía con las hasta el momento impuestas por los tradicionales ingleses del club vecino. Se formó una comisión y, como primera medida, se estableció, a través de un acta que hasta el día de hoy se encuentra en el archivo de la Asociación del Fútbol Argentino, la abolición de las costumbres británicas representadas por los jugadores del Quilmes Athletic Club. Por lo que el té con masas finas de las famosas "five o´clok", dejaron lugar al mate cocido con biscochitos de grasa, costumbre tradicional del criollo argentino. Ese momento en la vida de Quilmes, marcó un antes y un después en el tiempo: Argentino de Quilmes sería reconocido por siempre como "los Mates" de Quilmes. Juan Botasso, Juan Gayol, José Buruca Laforia, José Llorente, Domingo Rodríguez, Ramón Ramirez, Alfredo Frisenda y Adrián Czornomas, entre otros, componen la lista de grandes jugadores que vistieron la celeste y blanca a bastones, y que tuvieron la oportunidad de lucir la camiseta que le diera sus colores a nuestra casaca nacional. Club Atlético Argentino de Quilmes, primer equipo criollo de nuestro país, orgullo nacional, gracias por los 105 años de fútbol, gloria y pasión.

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