Un amigo de todos.
Te fuiste, dicen que a Chile. A curarte de algo que te estaba quemando y matando lo más lindo que tiene tu vida, entra a una cancha de fútbol.
Quien dice ser tu papá no se si realmente te ayudó como se dijo el año pasado. Siempre dijo que estabas mejor y te ponía a jugar para salvar las papas de su equipo que bastante mal venía.
Una vez más pasó lo mismo y vos te pusiste la banda roja y saliste a dar la cara en uno de los peores momentos que atravesó tu club en la historia.
A pesar de eso, tu suerte pareciera diezmada por un maldito mal que aqueja a muchos. Tal vez a muchos que tienen alguna pena en algún lugar de su corazón. Sin dudas que la cima no exceptúa a nadie de la tristeza, sino mirálo a Diego. Y nadie debería olvidar que vos te pusiste un equipo al hombro cuando al Diego “Le cortaron las piernas” allá en el país del norte.
De hecho alguien alguna vez me dijo que vivió algo así. No se si será cierto o será algún mito barrial, lo que si sé es que podría haber sucedido. También se que alguien estuvo contigo en algún bar nocturno corretenado algunas chicas. ¿Qué problema hay no? Sino dejás de ser un hombre.
Lo que sí me importa es que hay un jujeño suelto en las canchas de fútbol de toda la argentina y que sabe mucho con la pelota en los pies.
Muchos dicen que nunca pudiste olvidar tu pueblo, Ledesma. Y que sólo allá te ven feliz.
Yo les digo que vos sos feliz jugando a la pelota; acá, en Jujuy o en Tierra del Fuego.
¿Estás en el monumental o en el parque jugando con los pibes? Donde sea te queremos jugando al fútbol.
F.J.A.
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