lunes, 24 de febrero de 2014

Dos presentes iguales, en un domingo distinto

 



No fue un Domingo mas para los dos equipos más grandes de Sudamérica.

Pese a la rivalidad histórica y a los resultados de ayer, Boca y River, en este momento, son iguales.

Tienen dos presidentes  empresarios. Piensan parecido, ven el fútbol parecido y hasta empezaron a planificar negocios entre ellos para explotar la marca de los clubes en el mundo. Dicen que se necesitan unos a otros y que pueden complementarse en su trabajo.

Boca y River tienen presidentes que no eligieron a los entrenadores, que no son de su paladar y a los que preferirían tenerlos lejos, pero jamás los echaran. No cometerán el error de ir en contra del socio.

Boca y River son iguales porque tienen a los dos entrenadores mas ganadores del fútbol argentino, con un pasado glorioso e imposible de olvidar.

Boca y River son iguales porque tienen planteles con numerosos jugadores de jerarquía que varios equipos quisieran tener, pero que no terminan de explotar para bien de sus equipos.

Boca y River son iguales porque juegan muy mal. Porque defienden mal y se exponen ante cada contra, porque no recuperan en el medio de la cancha, porque tienen poca creación y poca movilidad en tres cuartos y porque les cuesta mucho definir las pocas jugadas que generan. Ya sea por defectos propios o por virtudes del arquero rival. Lo cierto es que les cuesta mucho hacer un gol.

Boca y River viven un presente muy flojo, que ya viene baqueteado de un tiempo a esta parte. Tan malo será ese pasado tan reciente que River se fue al descenso y Boca el torneo pasado fue ante último.

Boca y River son tan iguales que cuando ganan son noticia, pero cuando pierden, son cadena nacional diaria.

Pero este Domingo algo cambió.

Boca reaccionó y su gente dio un mensaje muy claro: El técnico es inamovible. Por mas que el presidente y la comisión no lo quiera. Los jugadores metieron y el equipo ganó luego de mas de 100 dias.

Ahora viene lo mas difícil. Confirmar que los jugadores responden y demostrar que puede pelear.

River se cae a pedazos. El equipo no reacciona y su entrenador se fue furioso luego de la derrota en Santa Fe. Acusó a los propios de “falta de actitud” buscando quizá, hacer “reaccionar” al plantel.

Boca y River son tan iguales que se les vienen dos partidos complicadísimos. Boca visita a Velez en Liniers y River recibe al último campeón en un Monumental que lucirá vacío por culpa de un estúpido.

Ambos necesitan la victoria como el agua. Boca para confirmar que lo de ayer no fue solo por Bianchi. River, necesita ganar porque pasó de ser la sensación del verano a una decepción en solo 15 dias.

Bianchi tuvo su respaldo y eso le dará tranquilidad para seguir trabajando. Ramón, ¿Lo tendrá?.
 
 
Martin Gallo.


 

martes, 18 de febrero de 2014

Al borde del knout Out



Boca vende, ya lo sabemos. Y ni hablar cuando pierde. Todo se maximiza.
Que el equipo no juega bien es una realidad evidente  desde hace más de seis años si queremos ser exquisitos y líricos. Si somos un poco más austeros, debemos remontarnos a los equipos de Falcioni, con una solidez defensiva extrema,  pero carentes de creatividad y lujos.
¿Qué daría hoy Bianchi por tener la solidez de le época de Falcioni?. ¿Podrá levantar a este equipo?.
Muchos interrogantes para tan pocas respuestas.
El entrenador y el equipo ya saben que no van a contar con Riquelme por tiempo indeterminado y que la influencia de Román en el 11 titular ya no es la misma que varios años atrás. Entonces Bianchi, apeló en este arranque a un 4-4-2, postergando ese 4-2-3-1 que utilizó en la pretemporada y del que tantas quejas recibió de parte de sus jugadores.
El arranque ante Newells no fue malo, todo lo contrario. Boca hizo un buen trabajo. Anuló al equipo rosarino, propuso jugar lejos de Orión y tratar de golpear con la velocidad de Martinez. No estuvo lejos, de hecho tuvo las mejores situaciones de gol en los pies de Gigliotti.
El primer tiempo con Belgrano fue bueno, se puso en ventaja y dominaba a placer a un equipo que se mostraba extrañamente desordenado y apático en algunas situaciones claves del juego.
Extrañamente entró dormido en el arranque del segundo tiempo y dos desconcentraciones defensivas lo dejaron abajo en el marcador. A partir de ahí, no supo. Quizo pero no pudo.
El problema de Boca es más anímico que futbolístico. Si futbolísticamente, supera a su rival como en el primer tiempo, puede repetirlo.
El problema de Boca es que se cae ante la primera adversidad. Un gol en el arranque del segundo tiempo, es duro para cualquiera, pero por delante hay cuarenta y cinco minutos para recuperarse.
Boca tropieza y cae, como aquel boxeador que esta Groggie y que sabe que recibe un golpe y termina en la lona.
Y ahí es donde se empieza a notar el fastidió de los jugadores. Donde Gago en lugar de arengar, se queja de todo lo que el árbitro cobra. Donde Sanchez Miño deja de correr, donde Gigliotti no piensa mas en jugar sino en pelearse con los centrales. Ahí es donde el desconcierto empieza.
Rigoni lo empató y Belgrano, que lejos estuvo de jugar un buen partido, tomó confianza y se adelantó en el campo. Boca no solo perdió tenencia de balón, sino que todas las pelotas divididas eran de los celestes. El penal de Lollo solo aumentó las dudas del local y agrandó a Belgrano.
Boca necesita 90 minutos de concentración plena, contundencia en el arco rival y solidez en el área propia, un combo que hoy parece inalcanzable de cara al partido con Rafaela.

Van solo dos fechas. El presente es preocupante, pero hay tiempo para levantarse, aunque un próximo golpe, puede ser el de knout out.

Martín Gallo


lunes, 17 de febrero de 2014

En busca del pergamino llamado: “Efectividad”

 



En un fútbol tan parejo como el Argentino (no debatiremos si es hacia abajo o hacia arriba), la

contundencia en el arco rival pasa a ser primordial para sumar de a tres.

Ya no interesa tanto el porcentaje de posesión de pelota, la agresividad en la mitad de la cancha,

el pressing en ¾. Nada de esto tiene valor si las situaciones de gol no se concretan.

La segunda fecha del torneo ya nos dejó cantidad de ejemplos donde los protagonistas hablaran

de esta palabra por doquier.

All Boys y Estudiantes se encaminaban al empate. El partido era flojito y la pelota pasaba más

tiempo por el aire que por abajo. Sin embargo, Carrillo tuvo una chance y no la desperdició. Calleri

en el otro arco, tuvo la de All Boys, pero falló. Y ganó Estudiantes. Con ese poquito. Porque fue

efectivo.

Arsenal le pegó un baile terrible a Velez en el primer tiempo. Le generó por lo menos cuatro

chances claras de gol. Pero entre Sosa, y la poco efectividad de sus delanteros, se fue al

entretiempo 0-0. La primera clara de Velez en el segundo tiempo, fue gol de Zarate, tras desborde

de Pratto. La segunda que tuvo, fue igual, con el mismo descenlace, pero por el sector izquierdo

del ataque. Velez fue contundente, eficaz. Arsenal no (Igual que contra Santos Laguna por la copa).

San Lorenzo y Racing jugaron un partido entretenido, donde hubo un ida y vuelta interesante,

con un par de llegadas por equipo. San Lorenzo metió la primera que tuvo. Racing, no pudo con

Torrico. Toda la efectividad que tuvo con Colón, la perdió en el Bajo Flores. Y ganó San Lorenzo,

que de paso sumó sus primeros puntos con Bauza como DT.

Hoy quizá tenemos el ejemplo más claro de contundencia. Gimnasia llegó cuatro veces. Metió

tres goles y goleó a un Newells muy golpeado que lleva 10 sin ganar y que en lo que va del año, no

metió goles.

Lanus y Rafaela jugaron un partido sumamente parejo. Pero la crema aprovechó dos pelotas

paradas y liquidó el partido. Lanus no fue efectivo y nunca pudo acercarse en el marcador.

Solo van dos fechas, y ya nos quedamos sin un entrenador. Giunta fue despedido de Quilmes,

entre algunas cosas, por su poca efectividad. 



Martín Gallo.