No fue un Domingo mas para los dos equipos más grandes de Sudamérica.
Pese a la rivalidad histórica y a los resultados de ayer, Boca
y River, en este momento, son iguales.
Tienen dos presidentes
empresarios. Piensan parecido, ven el fútbol parecido y hasta empezaron
a planificar negocios entre ellos para explotar la marca de los clubes en el
mundo. Dicen que se necesitan unos a otros y que pueden complementarse en su
trabajo.
Boca y River tienen presidentes que no eligieron a los
entrenadores, que no son de su paladar y a los que preferirían tenerlos lejos,
pero jamás los echaran. No cometerán el error de ir en contra del socio.
Boca y River son iguales porque tienen a los dos
entrenadores mas ganadores del fútbol argentino, con un pasado glorioso e
imposible de olvidar.
Boca y River son iguales porque tienen planteles con numerosos
jugadores de jerarquía que varios equipos quisieran tener, pero que no terminan
de explotar para bien de sus equipos.
Boca y River son iguales porque juegan muy mal. Porque defienden
mal y se exponen ante cada contra, porque no recuperan en el medio de la
cancha, porque tienen poca creación y poca movilidad en tres cuartos y porque
les cuesta mucho definir las pocas jugadas que generan. Ya sea por defectos
propios o por virtudes del arquero rival. Lo cierto es que les cuesta mucho
hacer un gol.
Boca y River viven un presente muy flojo, que ya viene
baqueteado de un tiempo a esta parte. Tan malo será ese pasado tan reciente que
River se fue al descenso y Boca el torneo pasado fue ante último.
Boca y River son tan iguales que cuando ganan son noticia,
pero cuando pierden, son cadena nacional diaria.
Pero este Domingo algo cambió.
Boca reaccionó y su gente dio un mensaje muy claro: El
técnico es inamovible. Por mas que el presidente y la comisión no lo quiera. Los
jugadores metieron y el equipo ganó luego de mas de 100 dias.
Ahora viene lo mas difícil. Confirmar que los jugadores
responden y demostrar que puede pelear.
River se cae a pedazos. El equipo no reacciona y su
entrenador se fue furioso luego de la derrota en Santa Fe. Acusó a los propios
de “falta de actitud” buscando quizá, hacer “reaccionar” al plantel.
Boca y River son tan iguales que se les vienen dos partidos
complicadísimos. Boca visita a Velez en Liniers y River recibe al último
campeón en un Monumental que lucirá vacío por culpa de un estúpido.
Ambos necesitan la victoria como el agua. Boca para
confirmar que lo de ayer no fue solo por Bianchi. River, necesita ganar porque
pasó de ser la sensación del verano a una decepción en solo 15 dias.
Bianchi tuvo su respaldo y eso le dará tranquilidad para
seguir trabajando. Ramón, ¿Lo tendrá?.
Martin Gallo.
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