lunes, 24 de marzo de 2014

“El Salvador”




No se sabe mucho de él. Cuando su nombre empezó a sonar en los medios, algunos lo confundieron con el jugador de básquet que brilló  a fines de la década de los 90 en Atenas de Córdoba. La mayoría desconoce su carrera como futbolista. La misma duró solo diez años luego de su debut en Newells, pasando por San Luis FC, Almirante Brown de Arrecifes, Central Córdoba y Tiro Federal.

Wikipedia casi que no lo registra. Solo sabemos que el 19-7 cumplirá 44 años.

Pero en Santa Fe, hoy es “El Salvador”. Llegó a Colón proveniente de Patronato de Paraná, un equipo que supo militar muchos años en el Argentino “B”, en el “A” y que desde hace un par de años, juega la “B” Nacional.

Pasional como pocos, tomó este desafío como una gran oportunidad para su carrera, aún sabiendo que se metía en un club devastado, y con una situación sumamente comprometida.

Germán Lerche dejó a Colón en la ruina. Grondona le soltó la mano hace un año atrás cuando tras una deuda con Atlante de México por el pase de Juan Carlos Falcón, el entonces presidente del club, le pidió a la máxima autoridad de AFA un préstamo para poder cancelar la deuda. Nadie supo que pasó con esa plata, pero el club mexicano no la recibió, inhibió primero al “Sabalero” y luego, carta documento mediante, presentó ante FIFA una protesta formal para recuperar lo que le correspondía. FIFA, por primera vez en la historia del fútbol Argentino, le quitó seis puntos a Colón, dejándolo mas que comprometido con el descenso.

Sumado a este problema, el equipo decidió no presentarse a jugar contra Atlético Rafaela por una deuda con los jugadores que en algunos casos llegaba a ocho meses. El tribunal de disciplina le dio por perdido el partido y la pésima campaña hizo presagiar lo peor.

Como si esto fuera poco, en medio de la pretemporada se fueron casi 20 jugadores entre algunos que quedaron libres y otros que rescindieron contrato.

Los únicos tres refuerzos que habían llegado no pudieron ni siquiera debutar por la inhibición y decidieron rescindir. Con ese panorama, Diego Osella debutó como entrenador de Colón de Santa Fe el 8-2-2014 con un rotundo 0-3 ante Racing. Rotundo por el resultado, pero mentiroso desde el desarrollo. Ese día, Colón mostró algunos detalles interesantes que con el correr de los partidos, terminó de confirmar.

Ossela apostó a los juveniles, mechando dos o tres jugadores de experiencia.

Armó un equipo corto, ordenado y sacrificado con la experiencia de Germán Montoya en el arco,  dos líneas de cuatro bien definidas, con dos laterales con proyección medida (Castillo y Bitolo), dos centrales muy fuertes tanto de arriba como de abajo (Alcoba y Landa), dos volantes laterales de ida y vuelta como Graciani y Mansilla, dos mediocampistas centrales que no solo te comen los talones, sino que además saben con la pelota (Videla y Melli) y con dos delanteros. Uno por afuera (Empezó Curuchet y ahora juega Luque) y Germán Alario, goleador debutante de las inferiores.
 


 
Orden, solidaridad y verticalidad. Tres premisas fundamentales para el puntero del campeonato. Un equipo muy sólido con un presente fantástico de su arquero y con la contundencia necesaria de un equipo necesitado.

En nueve fechas suma 18 puntos. Solo perdió un partido (aquel ante Racing) y lleva ocho sin derrotas, con cinco victorias y tres empates. Es el único líder con 18 puntos y nadie podrá alcanzarlo este fin de semana.

Ossela les hizo creer a los jugadores que no todo está perdido y que con trabajo y solidaridad, Colón se puede ilusionar.

Hiperquinetico como el “Cholo”Simeone, vive el partido como nadie. Corre por la línea de cal, se agacha, se para, se agarra la cabeza, protesta, camina y se vuelve a sentar. Ossela vive el partido junto con sus jugadores, transpirando y dejando todo como ellos pero no se confunde y sabe que si el equipo desvía la mirada del objetivo, el presente rápidamente, puede cambiar.
 
Martin Gallo.

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