No se sabe mucho de él. Cuando su nombre empezó a sonar en
los medios, algunos lo confundieron con el jugador de básquet que brilló a fines de la década de los 90 en Atenas de
Córdoba. La mayoría desconoce su carrera como futbolista. La misma duró solo diez
años luego de su debut en Newells, pasando por San Luis FC, Almirante Brown de
Arrecifes, Central Córdoba y Tiro Federal.
Wikipedia casi que no lo registra. Solo sabemos que el 19-7
cumplirá 44 años.
Pero en Santa Fe, hoy es “El Salvador”. Llegó a Colón
proveniente de Patronato de Paraná, un equipo que supo militar muchos años en
el Argentino “B”, en el “A” y que desde hace un par de años, juega la “B”
Nacional.
Pasional como pocos, tomó este desafío como una gran oportunidad
para su carrera, aún sabiendo que se metía en un club devastado, y con una
situación sumamente comprometida.
Germán Lerche dejó a Colón en la ruina. Grondona le soltó la
mano hace un año atrás cuando tras una deuda con Atlante de México por el pase
de Juan Carlos Falcón, el entonces presidente del club, le pidió a la máxima
autoridad de AFA un préstamo para poder cancelar la deuda. Nadie supo que pasó
con esa plata, pero el club mexicano no la recibió, inhibió primero al
“Sabalero” y luego, carta documento mediante, presentó ante FIFA una protesta
formal para recuperar lo que le correspondía. FIFA, por primera vez en la
historia del fútbol Argentino, le quitó seis puntos a Colón, dejándolo mas que
comprometido con el descenso.
Sumado a este problema, el equipo decidió no presentarse a
jugar contra Atlético Rafaela por una deuda con los jugadores que en algunos
casos llegaba a ocho meses. El tribunal de disciplina le dio por perdido el
partido y la pésima campaña hizo presagiar lo peor.
Como si esto fuera poco, en medio de la pretemporada se
fueron casi 20 jugadores entre algunos que quedaron libres y otros que
rescindieron contrato.
Los únicos tres refuerzos que habían llegado no pudieron ni
siquiera debutar por la inhibición y decidieron rescindir. Con ese panorama,
Diego Osella debutó como entrenador de Colón de Santa Fe el 8-2-2014 con un
rotundo 0-3 ante Racing. Rotundo por el resultado, pero mentiroso desde el
desarrollo. Ese día, Colón mostró algunos detalles interesantes que con el
correr de los partidos, terminó de confirmar.
Ossela apostó a los juveniles, mechando dos o tres jugadores
de experiencia.
Armó un equipo corto, ordenado y sacrificado con la
experiencia de Germán Montoya en el arco,
dos líneas de cuatro bien definidas, con dos laterales con proyección
medida (Castillo y Bitolo), dos centrales muy fuertes tanto de arriba como de
abajo (Alcoba y Landa), dos volantes laterales de ida y vuelta como Graciani y
Mansilla, dos mediocampistas centrales que no solo te comen los talones, sino
que además saben con la pelota (Videla y Melli) y con dos delanteros. Uno por
afuera (Empezó Curuchet y ahora juega Luque) y Germán Alario, goleador
debutante de las inferiores.
Orden, solidaridad y verticalidad. Tres premisas
fundamentales para el puntero del campeonato. Un equipo muy sólido con un
presente fantástico de su arquero y con la contundencia necesaria de un equipo
necesitado.
En nueve fechas suma 18 puntos. Solo perdió un partido
(aquel ante Racing) y lleva ocho sin derrotas, con cinco victorias y tres
empates. Es el único líder con 18 puntos y nadie podrá alcanzarlo este fin de
semana.
Ossela les hizo creer a los jugadores que no todo está
perdido y que con trabajo y solidaridad, Colón se puede ilusionar.
Hiperquinetico como el “Cholo”Simeone, vive el partido como
nadie. Corre por la línea de cal, se agacha, se para, se agarra la cabeza,
protesta, camina y se vuelve a sentar. Ossela vive el partido junto con sus
jugadores, transpirando y dejando todo como ellos pero no se confunde y sabe
que si el equipo desvía la mirada del objetivo, el presente rápidamente, puede
cambiar.
Martin Gallo.
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