8vos
de Final
Brasil
1 – 1 Chile (3-2): “De la mano del Emperador”
Sufrió demasiado. No es el mismo Brasil de siempre. Lejos
esta de ser aquel equipo temeroso de los años 90 donde solo con los nombres
imponía respeto.
Un equipo que hoy se jacta mucho más de tener mejores defensores que delanteros,
pero que en la práctica, no mostró demasiados atributos para estar entre los
ocho mejores del mundo.
Brasil bajó notoriamente su nivel en los últimos años.
Defensivamente está igual que siempre. Los laterales sufren horrores a sus
espaldas y los centrales lejos están de ser una garantía pese que a que brillan
en sus equipos. Del medio para adelante, es Neymardependiente. Si el crack anda
con luces, Brasil es poderoso, pero si no está metido en el partido, sufre muchísimo
la generación de juego para abastecer a los puntas.
En este contexto, jugaba con un equipo organizado,
prolijo, vertical y paciente. El Chile de Sampaoli tomó muchas de las mejores
cosas que Bielsa hizo en ese seleccionado y aportó lo suyo para equilibrar más
al equipo. Con referentes bien marcados, pero con todo un equipo atrás firme y
con mucha personalidad, salió a plantársele al pentacampeón.
Brasil fue más en el primer tiempo, solo un poco más que
Chile y de arranque se puso en ventaja porque logró imponerse en el juego aéreo
como casi toda la tarde.
Con la ventaja se especulaba con que Chile se iba a
desesperar, pero todo lo contrario. Brasil equivocó una salida, Hulk dejó corto
un lateral y luego de un pase al medio del área, Alexis Sánchez recibió en
soledad para definir cruzado, lejos del alcance de Julio Cesar.
A partir del gol, Chile se hizo amo y señor del juego.
Manejó la pelota durante los noventa minutos restantes que duró el partido más
el alargue, pero no se atrevió a ganarlo. Solo Pinilla rompió con la monotonía
sobre el final del juego cuando se animó a ir para adelante y casi rompe el
arco de Julio Cesar.
Brasil increíblemente, post empate de Chile, se refugió.
Espero y trató de salir de contra. Con Neymar golpeado en una de sus piernas y
destruido físicamente, la responsabilidad ofensiva la tomó Hulk pero tanto Fred
como Oscar, pasaron completamente desapercibidos.
El destino y las manos de Julio Cesar hicieron que Brasil
esté en cuartos de final. El palo izquierdo del arquero hizo el resto.
Brasil ganó un partido que no mereció. Pero si bien
camina por la cornisa, no cae. Y avanza. Habrá que ver cómo llega Neymar al
próximo partido. Sin el, el destino puedo ser el infierno. Colombia espera para
hacer realidad esa pesadilla.
Colombia 2-0 Uruguay: “Saint James”
Colombia hace historia. De la mano de José, los cafeteros
se sacaron de encima a un rival histórico y avanzaron a cuartos de final con
puntaje perfecto.
Cuatro victorias en cuatro presentaciones, con
producciones altísimas de algunas individualidades como James Rodríguez, el
goleador del mundial, como Cuadrado, como Jackson Martínez que arrancó de
suplente este mundial. Jose logró que Colombia sea un equipo sólido, con un
gran arquero, grandes centrales de jerarquía, laterales que pasan al ataque
como flechas y un orden ejemplar.
Con todo eso, superó a una selección debilitada desde la
suspensión de su futbolista estrella. La salida de Luis Suarez del mundial fue
demasiado para Uruguay, aunque la celeste presentó resistencia durante los
primeros 25 minutos.
Colombia no tenía profundidad y no encontraba espacios
para vulnerar a Muslera, hasta que apareció James. El crack del Mónaco recibió
fuera del área, de espaldas al arco. La paró de pecho y sin que la pelota pique
giró para sacar un zurdazo furioso que pegó en el travesaño y pico una y mil
veces dentro del arco haciendo esteril la volada del arquero uruguayo.
Con el resultado en contra, Uruguay debió salir, pero sin
mucha decisión.
En el arranque del segundo tiempo, Colombia movió la
pelota de punta a punta. Zuñiga tiró un centro que Cuadrado bajó al medio para
que James, de derecha pusiera el 2-0.
Uruguay debió salir, tomó protagonismo con el ingreso de
Ramírez y Hernández y empujó a Colombia a su arco. Pero solo inquietó con
remates desde fuera del área bien controlados por Ospina o con una clara
llegada de Pereira bien tapada por el uno cafetero.
José lo logró una vez más. Su selección está en cuartos
de final y sigue con su propio record: Aún no sabe lo que es perder en un
mundial. Ahora se viene el cuco, todo un desafío para llegar a la meta.
La Celeste se vuelve en 8vos, y empieza el final de lo
que fue una era gloriosa para el fútbol uruguayo.
Holanda
2-1 México: “Los partidos duran 93 minutos”
Herrera sabía que para poder superar a Holanda, su equipo
debía controlar a dos jugadores. Uno era Sjeneider, el otro Robben. Sus
jugadores cumplieron con dicha orden durante 88 minutos. México fue un equipo
ordenado, solidario y prolijo con la pelota. Con un Ochoa brillante bajo los
tres palos, con la tranquilidad de Rafa Marquez y el desequilibrio de Dos
Santos y Guardado sabía que podía complicar al equipo de Van Gaal.
Luego de un primer tiempo muy parejo en una ciudad con
muchísimo calor como Fortaleza, ambos equipos parecieron sufrir el clima y poco
hicieron por el espectáculo. La segunda mitad fue todo lo contrario. El gol de
Dos Santos en el arranque, parecido al de James del día anterior pero con una
definición menos lujosa y más esquinada, despertó a Holanda que empezó a buscar
por todos lados el empate. Pero en todas las llegadas naranjas aparecían las
manos de Ochoa. Primero para tapar un cabezazo a quemarropa y luego para
taparle el mano a mano a Robben.
México de a poco se fue metiendo atrás. Robben
desequilibraba por la derecha de su ataque y como no podía terminar la jugada
porque lo marcaban de a tres le daba el remate final a Sjeneider que no estaba
fino en la definición.
Tanto fue Holanda que a los 43 del ST encontró el empate
luego de un centro de Kuyt que la defensa despejó corta al centro del área
donde apareció Sjeneider para meter un derechazo rotundo y dejar sin respuesta
a Ochoa.
Holanda sabía que lo
tenía Known Out a México pero tenía solo tres minutos para ganar el
partido. El calor podía llegar a ser un rival más en el alargue. Y lo fue a buscar Robben, lo encaró a Rafa Márquez
que había sido el mejor de México y cuando lo gambeteó el defensor le tocó el
pie de apoyo. Penal claro sobre la hora y la duda ¿Se hace cargo Robben?. Nada
de eso. El crack del Bayern que ha fallado varios decisivos en su carrera le
dio la pelota a Huntellar y el ex delantero del Real Madrid, cruzó su remate
para el delirio Holandés.
Premio para el que lo buscó. Castigo para el que se
defendió demasiado atrás y solo esperaba el final. El rival de Holanda será
Costa Rica. A priori un rival débil, pero la historia dirá que el débil salió
puntero de su grupo, mandó a casa a Italia, a Inglaterra y a Grecia.
Costa
Rica 1-1 Grecia (5-4): “Soñar no cuesta nada”
Costa Rica cree en los milagros. Desde el momento del
sorteo, sabía que Brasil 2014 iba a ser todo un desafío. Lo tomó como tal, Pinto motivó a los suyos, preparó cada
partido y concientizó a sus jugadores de que todo es posible.
Afuera ya habían quedado Italia e Inglaterra. El equipo
ya había derrotado a Uruguay y se preparaba para afrontar el partido mas
importante de su vida.
Grecia habia clasificado sobre la hora, transpirando ante
Costa de Marfil con un juego ordenado pero poco vistoso y mas bien ordinario.
Todo terminaba en un pelotazo a Samarás.
Luego de un flojo primer tiempo, Costa Rica rompió el
cero por una buena definición de Ruiz, la figura del equipo que empujó al gol
un centro atrás.
Grecia, obligado por el resultado debía ir en búsqueda
del empate. Debia proponer, intentar ser protagonista, un papel que no le queda
para nada bien.
Tiró mil y un centros. Entre tanto rebote hizo figura a
Navas. Costa Rica, jugaba con 10 jugadores desde los 15 minutos del segundo
tiempo por la expulsión de Duarte y estaba todo tirado atrás esperando ordenado
el final del partido. Pero tanto centro tiró Grecia que en la última jugada del
tiempo reglamentario, encontró el merecido empate. Sokratis aprovechó un rebote
y selló la paridad.
Parecía mas entero Grecia para el alargue, pero los Ticos
aguantaron ordenados, con las manos de Navas en primer plano y la solidez de
sus marcadores centrales.
El árbitro pitó el final
y llegaron los penales. Brillantes las primeras tres ejecuciones por lado,
hasta que Campbell se ocupó de meter el suyo y Navas puso su palma izquierda
para despejar el remate de Gekas. Umaña sentenció el 5-3 final de la definición
y desató la locura costarricense.
El sueño no se termina.
Pinto cree en sus jugadores y aseguró que su equipo puede ganarle a Holanda. A
esta altura, no parece una utopía.
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