Apelando a mi memoria, desde la salida de Ischia a mediados
de 2009 (Y sin contar los interinatos de Pompei y Alves), Basile, Borghi y
Falcioni fueron sometidos directa o indirectamente a críticas internas por
parte de los protagonistas. Recuerdos las frases: “Este tipo está loco, como
Boca va a jugar con línea de 3” o “es un equipo muy defensivo, no juega nada
bien”.
Con la llegada de Bianchi, se pensó que el vestuario iba a
estar controlado por el entrenador mas ganador de la historia del club, pero
una serie de malos resultados, una campaña de descenso y un clima interno
caliente, dejaron al club en “Boca de todos”.
Ni Bianchi se salvó. “No sabemos porque nos hacen entrenar
tanto cuando tuvimos tantas lesiones” o el “No sabemos a que jugamos” se
escuchó de la boca de más de uno.
En todo este período,
desde la llegada de Basile el 1-7-2009 al día de hoy, pasaron nueve torneos.
Boca ganó uno solo, con Falcioni en el banco. Demasiado poco para uno de los equipos más
grandes de Sudamérica. Y en el medio, críticas internas, climas hostiles,
jugadores que declaran cuando se van (Caruzzo, Ervitti, Blandi en los últimos
días) hablando pestes del vestuario xeneize.
Pablo Ledesma, jugador mediopelo, al cual no se lo recordará
por nada de lo que ha mostrado en un campo de juego, salió a acusar a los
periodistas de mentirosos en una conferencia de prensa que no le correspondía
(el que estaba citado para la misma era Trípodi). ¿Enviado por alguien.? No lo
sabemos. Lo que sí sabemos es que acusando a los periodistas, ventiló una
interna que existe y que viene, por lo menos, desde la asunción de Falcioni.
Omitiendo nombrar al jugador que “alcahuetea a la prensa”
dijo que de los cuatro referentes de la época dl “Emperador”, tres no habían
hablado con nadie y los nombró (él, Rivero y Riquelme), dejando al descubierto
que el jugador que ventila todo lo que pasa a la prensa es Orión.
Orión es el único referente que queda de la época de
Falcioni. Traído por JC, querido por el hincha, Agustín se transformó en líder
del grupo junto con jugadores que pensaban como él, como Silva, Somoza, Acosta,
Caruzzo, y Ervitti pero que por diferentes motivos tuvieron que dejar el club.
Ledesma cometió dos errores graves. El primero es dar a
conocer al público que hay problemas graves internos y en segundo lugar, no
solucionar esos problemas dentro del vestuario, como debería ser.
Horas más tarde, Riquelme, capitán del equipo, dio una conferencia de prensa que no estaba
prevista y pedida por el plantel para aclarar la situación. Nueva
contradicción: Si no pasó nada, ¿Por qué salen a hablar?
En esa conferencia de prensa improvisada, pero con un
Riquelme como único orador con su habitual elegancia para declarar y dejar mal
parador a quién quiere, el 10 nuevamente acusó a la prensa de mentirosos y los
desafió a mostrar evidencias de lo sucedido, sabiéndose Román que el periodista
jamás revelará la fuente. Bianchi,
acompañando al capitán no dirigió ni palabra y se quedó sentadito al lado del
volante como alumno que escucha al maestro (aunque debería ser al revés).
Este plantel ya se
comió tres entrenadores y Bianchi parece no poder controlar un vestuario que
está en llamas y que ya le perdió el respeto ganado con su trayectoria.
Asombra por otro lado el misterioso silencio de los
dirigentes, principalmente de Angelici que harto de la situación, espera
ansioso la llegada del mes de Junio para hacer una limpieza profunda de
jugadores que no son de su agrado.
Mientras tanto, el que sufre es el hincha, el que está
presente siempre, sin importar quién sea el entrenador, el 9 o el presidente.
El que sufre cuando su equipo pierde, el que paga su cuota pesito a pesito para
estar presente el domingo alentando al club de sus amores, el que no necesita
“aumentar” su ego para saber, que Boca, está por encima de todos los nombres
que puedan existir, aunque algunos les hayan hecho creer, que la historia, es
otra.
1 comentario:
Muy buen informe...
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